Blogia
MINISTERIO DE ORACION, INTERCESION Y LITURGIA ZONA 02

Novenas

A La Virgen de los Nudos

A La Virgen de los Nudos

María: La que desata los nudos

Oración para todos los días

Santa María, llena de la presencia de Dios, durante los días de tu vida aceptaste con toda humildad la Voluntad del Padre, y el maligno nunca fue capaz de enredarte con sus confusiones.

Ya junto a tu Hijo intercediste por nuestras dificultades y con toda sencillez y paciencia, nos diste ejemplo de como desenredar la madeja de nuestras vidas.

Y al quedarte para siempre como Madre nuestra, pones en orden y haces más claros los lazos que nos unen al Señor.

Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, tú que con corazón materno desatas los nudos que entorpecen nuestra vida, te pedimos que nos recibas en tus manos y que nos libres de las ataduras y confusiones con que nos hostiga el que es nuestro enemigo.

Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo, líbranos de todo mal, Señora Nuestra, y desata los nudos que impiden nos unamos a Dios, para que libres, de toda confusión y error, lo hallemos en todas las cosas, tengamos en él puestos nuestros corazones y podamos servirle siempre en nuestros hermanos. Amén.

Día 1º

Lectura Bíblica:

"...el Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. En Angel entró en su casa y la saludó diciendo: ¡Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo! (Lc 2, 26-28)

Reflexión:

Los cristianos explicamos la existencia del mal en el mundo hablando del pecado original. Es esta una verdad de fe que encontramos presentada en forma de historia en el capítulo 3 del Génesis. Allí se nos dice que nuestros primeros padres, desobedeciendo a Dios, perdieron el equilibrio original, se alejaron del Creador y se sometieron a las criaturas. Basados en esa verdad de fe podemos decir con Ireneo de Lión, Santo Obispo del siglo III, que "Eva, por su desobediencia, ató el nudo de la desgracia para el género humano: en cambio María, por su obediencia, lo desató", ya que la salvación nos viene por Jesucristo, Hijo de Dios e Hijo de María.

Oración:

María, mujer feliz, llena de la gracia divina, desata los nudos que nos mantienen sometidos al pecado y alejados de la gracia. Concédenos comprender que sólo en Dios está nuestra felicidad. Ayúdanos a aceptarnos tal como somos y haz que nos abramos a la gracia vivificante y transformante. Te lo pedimos a tí, la que desata los nudos, para que presentes a Dios nuestra oración.

Oración Final

Luego de un momento de profundo silencio, se dice con calma un Padre nuestro, tres Ave María, un Gloria al Padre y la Oración de Consagración a María: Señora y Madre mía, Virgen Santa, María, la que desata los nudos; a tus pies me encuentro para consagrarme a ti. Con filial afecto te ofrezco en este día cuanto soy y cuanto tengo: mis ojos, para mirarte; mis oídos para escucharte; mi voz, para cantar tus alabanzas; mi vida, para servirte; mi corazón para amarte. Acepta Madre mía el ofrecimiento que te hago y colócame junto a tu corazón inmaculado. Ya que soy todo tuyo, Madre de misericordia, la que desata los nudos que aprisionan nuestro pobre corazón, guárdame y protégeme como posesión tuya. No permitas que me deje seducir por el maligno, ni que mi corazón quede enredado en sus engaños. Enséñame a aceptar los límites de mi condición humana, sin olvidar que puedo superarme con la ayuda de la gracia y que agradezca siempre a Dios por mi existencia. Ilumíname para que no deseche al Creador por las criaturas, ni me aparte del camino que El pensó para mí. Amén.

Día 2º

Oración para todos los días

Lectura bíblica:

"María dijo al Angel: ¿Cómo puede ser esto, si yo no tengo relaciones con ningún hombre? El Angel le respondió: El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño que concebirás será Santo y será llamado Hijo de Dios". (Lc. 1, 34-35)

Reflexión:

Muchas veces los seres humanos no somos capaces de ver la realidad y nos dejamos engañar por las apariencias, cayendo en el desánimo o la desesperación. Eso no viene de Dios, sino del pecado. Jesús decía que el maligno "es mentiroso y padre de la mentira" y el apóstol Pedro recomendaba: "Sean sobrios y estén siempre alertas, porque su enemigo, el demonio, ronda como un león rugiente, buscando a quien devorar. Aunque las apariencias (la enfermedad, el dolor, la inseguridad social o laboral) pudieran hacernos pensar que Dios se ha olvidado de nosotros o nos tiene descuidados, la fe nos asegura que Dios es un Padre bueno que siempre nos ama y nos protege.

Oración:

María, mujer de fe, la vencedora del maligno, desata los nudos que nos mantienen enredados en las apariencias, y enséñanos a descubrir y a experimentar el amor de Dios, el Padre que cuida de las flores del campo y alimenta a los pájaros del cielo, el que hace salir el sol para buenos y malos, el que envía la lluvia sobre los campos de los justos y de los pecadores. Te lo pedimos a ti, la que desata los nudos, para que presentes a Dios nuestra oración.

Oración final

Día 3º

Oración para todos los días

Lectura bíblica:

El Angel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob y su reino no tendrá fin" (Lc 1, 30-33)

Reflexión:

Los cristianos creemos que tanto la vida natural, como la sobrenatural nos vienen gratuitamente de Dios. La existencia es, al mismo tiempo, un don, una gracia inmerecida y una tarea. Dios nos ha hecho humanos, pero necesita de nuestra cooperación libre para que nos desarrollemos como hombres. Muchas veces experimentamos dificultades en nuestro caminar, nos enredamos o caemos en faltas que nos detienen o paralizan. Otras veces nos desorientamos y no sabemos que camino seguir. Los santos, los ángeles y, de modo particular María, interceden por nosotros, como un hermano o una madre lo hacen por sus seres queridos. Ellos interceden y Dios, sólo Dios, nos concede su gracia.

Oración:

María, mujer paciente, poderosa intercesora y abogada nuestra, desata los nudos que nos detienen en el camino y no nos dejan avanzar; presenta a Dios nuestras inquietudes y limitaciones, y aliéntanos para que no desfallezcamos, ya que el Señor nos espera al final de la vida, y, aunque no lo veamos, camina a nuestro lado. Te lo pedimos a ti, la que desata los nudos, para que presentes a Dios nuestra oración.

Oración final

Día 4º

Oración para todos los días

Lectura bíblica:

"Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre (...) Al ver a su madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: "Mujer, aquí tienes a tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Aquí tienes a tu madre". Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa." (Jn 19, 25-27)

Reflexión:

Los católicos siempre hemos entendido y experimentado que María es nuestra Madre. A ella acudimos con confianza de hijos y le rogamos de continuo que nos consiga del Señor las gracias que necesitamos. Tanto es el amor que por ella tenemos y tales son nuestras muestras de cariño que algunos hermanos de otras religiones nos acusan de haber hecho de María un ídolo y de darle el culto que sólo se debe dar a Dios. Tratando de evitar los excesos que puedan llevar a esta confusión, renovamos nuestro amor y nuestra confianza en aquella que cariñosamente llamamos nuestra Madre, la más tierna herencia que Jesús nos dejó, y nos dirigimos tomados de su mano a Dios, autor de todo bien.

Oración:

María, Madre de Jesús y Madre nuestra, desata los nudos que nos apartan del Padre Dios y muéstranos tu corazón compasivo y cariñoso de Madre.

Ordena nuestros afectos y nuestras pasiones, ya que el Señor nos creó a su imagen y semejanza y en su gran misericordia, quiso que fueras Madre de su Hijo y Madre nuestra. Te lo pedimos a ti, la que desata los nudos, para que presentes a Dios nuestra oración.

Oración final

Día 5º

Oración para todos los días

Lectura bíblica:

"El Angel dijo a María: También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios. María dijo entonces: Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho". (Lc. 1, 36-38)

Reflexión:

El hombre es un ser curioso al que no le llama la atención todo lo que no es común. Como nos hemos acostumbrado a que el sol salga todas las mañanas o a que no falte pan en nuestras mesas, esto ya no nos admira y dejamos de considerarlos "milagros". En realidad a nuestro alrededor se operan de continuo un sinnúmero de milagros; nuestra existencia, sin ir más lejos, es un maravilloso e inexplicable milagro. Muchas veces acudimos a Dios en busca de nuevos milagros, como si no fuera suficiente todo lo que ya hace por nosotros. Incluso hay quienes desearían torcer, a fuerza de oraciones y novenas, la voluntad divina. Dejemos a Dios ser Dios, confiemos en El y pidamos que se haga en nosotros su voluntad.

Oración:

María, mujer obediente y fiel, tú que nunca te apartaste de la voluntad divina, desata los nudos que nos enceguecen y no nos dejan ver que lo mejor que nos puede pasar es que en nosotros se cumpla la voluntad de Dios.

Concédenos siguiendo tu ejemplo, someternos confiadamente a los designios de Dios, y haz que las contrariedades de la vida no nos hagan desconfiar de su amor. Te lo pedimos a ti, la que desata los nudos, para que presentes a Dios nuestra oración.

Oración final

Día 6º

Oración para todos los días

Lectura bíblica:

"... se celebraron unas bodas en Cana de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la Madre de Jesús le dijo: "No tienen vino". Jesús le respondió: "Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía". Pero su Madre dijo a los sirvientes: Hagan todo lo que El les diga."

Reflexión:

La vida del hombre es una fiesta en la que a veces "se acaba el vino". Diversas circunstancias nos entristecen, nos perturban o llegan a hacernos perder las ganas de vivir. Es que, como dijo San Agustín de Hipona, el corazón del hombre está inquieto y no encuentra sosiego hasta que no descansa en Dios. Si nos detenemos de modo obsesivo en las contrariedades y perdemos de vista lo fugaz que es la vida, si le damos demasiada importancia a lo que sólo son cosas que pronto pasan, perdemos perspectiva y se agua la fiesta de nuestra vida. Pongamos en Dios nuestra mirada y pase lo que pase, no dejemos de agradecerle lo que somos y tenemos.

Oración:

María, virgen de la alegría y de la fiesta, desata los nudos que nos entristecen y no nos permiten disfrutar de la vida. Tú que con toda delicadeza presentaste al Señor las necesidades de los novios de Cana, y evitaste que se arruinara su fiesta, pídele a Jesús que cambie el agua de nuestros males en vino generoso para celebrar la vida en abundancia que Dios nos regaló. Te lo pedimos a ti, la que desata los nudos, para que presentes a Dios nuestra oración.

Oración final

Día 7º

Oración para todos los días

Lectura bíblica:

"María dijo: Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, Mi Salvador, porque El miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!. Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que le temen." (Lc. 1, 46-49)

Reflexión:

No siempre el ser humano se contenta con su condición limitada; hay quienes quisieran ser todopoderosos, inmortales, eternamente jóvenes... No es esto lo que Dios pensó para nosotros. Uno podría tener salud y no aprovecharla, o dinero y no conformarse, o amigos y no cuidarlos, o podría confundirse y equivocarse, queriendo ser lo que no es y tener lo que no tiene, descuidando al mismo tiempo lo que sí se tiene y lo que en realidad se es. El conocerse y aceptarse a sí mismo es una tarea que nos lleva toda la vida y que no siempre estamos dispuestos a enfrentar, porque preferimos la dispersión o le damos más valor a las apariencias que a la realidad. Hoy pedimos a Dios, por intercesión de María, que nos libre de toda fantasía o ilusión y que nos ayude a vivir con los pies en la tierra y la mirada en El, "que hace grandes cosas en los que le aman".

Oración:

María, mujer prudente, tú que meditabas en lo profundo de tu corazón, desata los nudos que nos someten a las apariencias, nos confunden y hacen caer en el error. Que sepamos descubrir que es lo que Dios pensó para nosotros, y nos contentemos con los límites de nuestra humana condición, no ambicionemos bienes pasajeros, ni perdamos de vista los verdaderos ideales. Te lo pedimos a ti, la que desata los nudos, para que presentes a Dios nuestra oración.

Oración final

Día 8º

Oración para todos los días

Lectura bíblica:

"Jesús regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres." (Lc. 2 51-52)

Reflexión:

Algunos hombres por ir tras lo temporal pierden de vista lo eterno, ansiando las criaturas se olvidan del Creador y se enredan en una maraña de preocupaciones que los distraen de lo esencial y los entretienen con lo efímero. Hay que aprender a vivir como peregrinos, debemos tomar conciencia que la vida del hombre es un soplo y que muchas de las cosas que nos quitan el sueño son vanidades y puro viento. Quien experimenta la fragilidad de su vida suele ser menos rencoroso, limita sus ambiciones, se contenta con lo necesario, perdona con rapidez, olvida las injurias, no cae en el consumismo, aprende a ser generoso y encontrando a Dios en las pequeñas cosas, lo alaba y es feliz.

Oración:

María, sencilla virgen de Nazaret, desata los nudos que nos esclavizan a las criaturas, y nos apartan del Creador. Enséñanos a vivir con sencillez un día a la vez, ayúdanos a superar la sensación de miedo e inseguridad y a ser capaces de vivir de modo extraordinario las cosas cotidianas. Té lo pedemos a ti, la que desata los nudos, para que presentes a Dios nuestra oración.

Oración final

Día 9º

Oración para todos los días

Lectura bíblica:

"María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas ésta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en u seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: ¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor. (...) María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa." (Lc. 1, 39-45 56)

Reflexión:

Quien dice que ama a Dios a quien no ve y desprecia a su hermano a quien ve, es un necio y mentiroso. Quien cree que Dios vive solo en los templos se equivoca. Quien piensa que a Dios lo único que le importa son los rezos se engaña y no puede considerarse cristiano. Cuando María se enteró que su prima Isabel esperaba un hijo, se olvidó de su propio embarazo y salió corriendo para ayudarla. El árbol se le conoce por sus frutos y al cristiano se le conoce por su amor al prójimo y por su actitud de servicio. Cuando el verbo de Dios se hizo hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar la vida por los demás hombres. El mejor resultado de esta novena será una renovada conciencia de la necesidad de ponernos al servicio de nuestro prójimo y la capacidad de descubrir a Dios presente en él.

Oración:

María, dulce sierva de los siervos del Señor, desata los nudos que nos impiden servir a los hermanos y no nos dejan encontrar a Dios en los demás. Ayúdanos a imitar a tu Divino Hijo, quien, siendo Maestro y Señor, la noche antes de su pasión, quiso darnos muestras de su amor lavando los pies de sus discípulos. Te lo pedimos a ti, la que desata los nudos, para que presentes a Dios nuestra oración.

Oración final

Oración

A Nuestra SeƱora de la Esperanza

A Nuestra Señora de la Esperanza

La Macarena

Oración para todos los días

¡OH excelsa Madre de Dios y Esperanza de los mortales!

Sabedor de que habéis recibido la misión divina de guardar, guiar, alegrar y consolar a las almas, a Vos acudo con inquebrantable fe e ilimitada confianza.

Vuestro título de Madre de la Esperanza me alienta sobremanera; vuestro nombre ya es prenda de buena acogida; vuestra misión es seguridad de otorgamiento.

Seguro de que vuestros brazos se abren en todo momento con solicitud maternal, en ellos me arrojo. De Vos todo lo espero.

Aun cuando todo el mundo me abandone, aun cuando la ciencia me desahucie, aun cuando el Cielo oculte sus celajes, aun cuando Dios no oyera ya mis ruegos, aun cuando las tinieblas envolvieran mi alma, aun cuando todo el camino se me cerrara, y sin luz, sin calor, sin fuerza, sin aliento, sin sostén alguno ni humano ni divino, estuviera por hundirme en el abismo de la desesperación, a vuestro amparo me acojo.

Vos no me abandonaréis, OH Madre mía; Vos fuisteis, sois y seréis, después de Jesús, toda mi esperanza. En Vos confié y en Vos confío contra toda esperanza y seguro estoy que no quedaré confundido.

¡OH Madre buena y poderosa, OH Madre de la Esperanza! Mirad mi aflicción y necesidad, dadme consuelo, escuchad mi plegaria. Por Jesucristo tu Hijo, nuestro Señor. AMEN.

Día 1º

Esperanza de los que en Tí creen

Ella, Nuestra Señora de la Esperanza, es aquella de quien se ha dicho que es poderosa como ejército en orden de batalla.

Cuando Ella interviene, todo el poder del infierno se bate en retirada; Ella es la poderosa, pero es también aquella cuyo poder está siempre atareado en el amor; por eso, la elegimos misionera, entre nuestro corazón y Dios.

Ella es la Intercesora, por derecho legítimo. Sus poderosas credenciales las conquistó en el momento mismo de la Anunciación, y las fue acrecentando cada día, con su propio dolor.

Sobre la humanidad que cae y se levanta en un continuo recaer, hay dos manos tendidas, indefensas y humildes, pararrayos levísimos que detienen a Dios. Dos manos sin más arma que el plegarse sumisas en el gesto pujante de la oración; la gran palanca, definida como la omnipotencia del hombre, y la debilidad de Dios

¿Cómo es posible que la Trinidad Santa le niegue nunca audiencia, si es la que dijo el "fiat" que tenía suspenso a todo el limbo; la que prestó su cuerpo para el milagro trascendental y augusto de la Encarnación; si es la Corredentora, la colaboradora imprescindible de Dios?

Puede el Cristo volcar sobre la tierra todo el poder de su justicia, o toda la dulcedumbre de su amor, pero pasar sobre su Madre, pero dejarse crucificar de nuevo en la que le dio la sangre necesaria para la Redención, eso no lo hace Dios. También, el Purgatorio, esa cárcel de la misericordia, conoce la esperanza en su poder. ¡Baja a ella tan a menudo, es en ella tan familiar!

Pero el gran combate del amor lo libra la Señora de la Esperanza, cuando ve que se alza, justamente indignada, la diestra omnipotente de Dios. Entonces entra en batalla la Madre, toda la Madre; es decir la plenitud del amor, hasta que cede, desarmada y vencida por esta omnipotencia suplicante, la indignación de Dios. Ya en el milagro de Cana, confundida entre las mujeres judías, era la poderosa que adelantaba la hora, con su violencia al Divino Corazón.

¡Madre de mi Esperanza! Tú sabes sin que yo te lo diga por qué comienzo hoy esta novena. Tú sabes el proceso de incertidumbres y de angustias que la precedió; tú puedes ayudarme, tú quieres ayudarme, pero desde ya te suplico: si la gracia que pido ¡y tú sabes como la deseo! No ha de llevar al cielo un poco más de gloria, y a mi alma y las almas un poco más de bien, entonces calla, porque ciego, yo no sé lo que pido.

Hágase en mí, cada segundo, la voluntad de Dios.

Récese una Salve y la siguiente:

Oración Final

Escúchame otra vez, mi buena Madre: ¡Sabe Dios cuántas veces he de volver aún antes que parta! Soy, con tu beneplácito, un tenaz pedigüeño incorregible, un mendicante amado, que ni en el cielo te dará descanso.

Sólo, no puedo nada; me falta fortaleza, serenidad, paciencia; pero si estoy contigo, siento como que todo el cielo está conmigo.

¿Quién contra mí?: ¿demonio, mundo, carne?; ¿enfermedad, cansancio?; ¿tentación, aridez, la muerte misma? ¿Quién contra mí, si me siento apretado en el nudo materno de tu abrazo?

Esta vez, como siempre, con que Tú lo quisieras, al momento sería consolado; quiérelo, quiérelo Tú para que Dios lo quiera (Hágase aquí la petición con infinita confianza).

Ya regreso tranquilo, porque todo ha quedado en tus manos. Hasta muy pronto Madre, dentro de poco tornaré gozoso para mi acción de gracias. ¡Hasta muy pronto y hasta siempre, Virgen de la Esperanza!

INVOCACION

Tu ruego todo lo alcanza, María de gracia llena; Sé siempre nuestra esperanza, Virgen de la Macarena.

Día 2º

Esperanza de los que en Tí esperan

Oración de inicio

Nada, absolutamente nada en nuestra vida sucede por azar. Desde el alba al ocaso, todas las horas del día llevan la marca de la providencia amorosa de Dios. Aun cuando las circunstancias parecen ahogarnos traídas y llevadas por el remolino de una fuerza contradictoria y fatal, la mano de Dios invisible y certera, empuña el timón.

Para quien ama mucho, el frío, el calor, el fracaso, las caídas, los males aparentes, todo se cambia en amor. Cada aguijón es un acto de esperanza; cada prueba es una ocasión para tomar la revancha de sí mismo, por el amor.

Pero hay cuestas arriba en que aun las almas fortalecidas por el combate espiritual ya no pueden más, y sin embargo, ¡es necesario poder!

Cuándo los picos de ese alpinismo interior se hagan difíciles de escalar, ¡ah!, "podremos", Señora, si vamos siempre juntos, Tú y yo. Sé Dios quiere que arda en el crisol de las tentaciones, de las más rudas tentaciones, ¡sea! No temo nada, Madre de la Esperanza, porque eres buena y yo reposo en Tí.

Si Dios quiere que todas las fatigas sufridas por su gloria, porque esa era su voluntad, se vuelvan contra mí; si Dios permite que el fracaso persiga cada una de las iniciativas que El me ha inspirado, si después de haberme dado una vocación acumula sin fin los obstáculos para contrariarla, bendita sea siempre la voluntad de Dios. Espero someterme a ella, no con pasividad ni con inercia, sino con una aceptación voluntaria, que es la mejor actividad del amor.

Pero esto lo espero, ¡OH mí amada Señora! Porque eres buena y yo confío en Tí.

Me parece que veo a Jesús ocupado en pasar revista a las pruebas con que santifica a las almas, y, que le oigo exclamar: "Esta para N." ¡Jesús, eligiendo para mí!

Este mismo problema, esta dificultad, esta angustia ha sido amorosamente elegida por Jesús para mí.

Y me despido esta tarde con esta súplica: Madre mía, si alguna vez Dios permitiera que junto al dolor llegara a olvidarme de esto que ahora entiendo tan bien, ten la misericordia de decirme; más aún por tu bondad, espero que me digas: Hijito mío, recuérdalo; esto ha sido elegido por mi Jesús para tí, expresamente para tí.

Oración final

Día 3º

Esperanza de los que te aman

Oración de inicio

Virgen Sevillana, la de las saetas y las romerías; Virgen la más guapa, la llevada en andas bajo el sol ardiente de la vieja España que te reverencia, ¡Macarena mía!

Deja que te diga, que si muchos cantan tus gracias y glorias, sin saber cantarlas ¡yo también te quiero Madre de mi vida!

Y mientras te alaban los hijos amantes, un solo estribillo repito a porfía: suple las saetas que no sé labrarte; yo también té quiero, Esperanza mía.

Maja Dolorosa de mi corazón: como niño que soy, le pediré a Jesús que me haga santo, para poder amarte mejor. Gozo de amarte voluntariamente, con este libre albedrío que Dios me dio, gozo infinito de sentirme hijo, Madre de pecadores, pues soy tu pecador.

¡Ah! cada vez que pequé, renegué de este amor. Pero aunque mi pecado fuera el fruto de toda la malicia posible, aún entonces esperaría en Tí, porque a pesar de todo me amas, porque a pesar de todo te amo.

Cada vez que tropiece, volveré a comenzar; si mil veces cayera, Tú me levantarás, porque las madres no se cansan nunca de enseñar al pequeño a caminar.

Cuando fui aguas abajo, con las velas arriadas, con qué tristeza me mirabas; pero ya de regreso, por la gracia de Dios, con los mástiles nuevos y con el rostro al sol, he llegado a tu puerto, Marinera celeste, y hundí todas mis anclas en el mar dulce de tu corazón.

Pueden los remolinos hacer girar mi barco, pueden los malos vientos azotarle los flancos, pueden hinchar las velas y hacer crecer sus combas, pero no podrán nunca desatar las amarras, porque han sido anudadas por el amor.

Los que aprendimos a invocarte, descansamos serenos a pesar de la rabia del enemigo (el único en el cielo y en la tierra que queda fuera de tu corazón).

¡Si hasta los que se obstinan en no amarte viven siempre al amparo de tu protección!

Si la muerte llegara como un castigo de Dios, en el momento espantoso del pecado, con la certidumbre casi de la condenación, como siempre y más que nunca esperaría en Tí, porque a pesar de todo me amas, ¡porque a pesar de todo, te amo!

Oración final

Día 4º

Esperanza de los que desesperan

Oración de inicio

Ya no te llamamos hoy solamente esperanza de los que creen en Tí, de los que esperan en Tí, de los que te aman, sino esperanza soberana de los que ya no tienen esperanza.

En la hora de la crucifixión que llega siempre para las almas, puesto que es la misericordia de Dios que las estrecha, cuando nuestra humanidad parecía quebrarse interiormente, cuando sentimos, ¡OH dichosa participación de la agonía de Cristo! Que estábamos suspendidos entre el cielo y la tierra, cuando esperar todavía parecía una locura, el grito dolorido de nuestra esperanza te tocó el corazón.

¡Si supieran todos los que desesperan, que fácil es tocarte el corazón! ¡Si supieran los hombres que fácil te es a Tí consolar, precisamente porque nadie consuela mejor que aquel que padeció!

¿Es que acaso, al corazón de la Madre no le concede Dios intuiciones misteriosas e inefables, para comprender y consolar, por distintos que sean, a cada hijo de su amor?

¡Si tu moreno rostro doloroso y tus ojos cargados con toda la tristeza de la tierra, con todo el sufrimiento de una vida de excepcional martirio, son la mejor garantía de consolación!

Almas desesperadas, "Sursum Corda", ¡arriba, bien arriba el corazón!

Digamos que la cruz nos pesa mucho, que los clavos parece que se ensanchan por fuerza del dolor, que los miembros ya ceden y se insinúa en el pecho una espantosa sombra de rebelión. Ella lo sabe todo; si la cruz pesa mucho, es que el cuerpo reacio no se adapta al madero del dolor; si la herida se agranda, es que se forcejea; y si la voluntad se insubordina, es que comienza a fallar el amor.

Con manos maternales nos acomodará sobre el madero, buscando siempre la postura mejor, y nos dará, no la impasibilidad que es ausencia de todo sufrimiento, sino la santa aceptación.

Y quizá... ¿por qué no? Si amamos mucho a Dios, quizá de Ella nos venga, no el aceptar la cruz, sino el vivir abrazados a la cruz, el dichoso delirio de la cruz, la divina locura de la cruz.

Madre dolorosa, que viviste totalmente inmolada por el amor, ofrece tus dolores y los dolores de Cristo, más que tuyos, por los que sufren desesperación.

¡Madre de mi dolor y mi esperanza, ofrécelos a Dios!

Oración final

Día 5º

Esperanza de los pecadores

Oración de inicio

"Solo se pierde el que quiere, y lo quiere obstinadamente, a despecho de las repetidas y amorosas tentativas de mi gracia, para conducirlo al bien". "Aun cuando un alma estuviera cubierta por todos los pecados que se puedan cometer por las personas que han existido, que existen y que existirán hasta el fin del mundo, si esa alma se arrepiente y que mi sangre la purifique, no queda más en aquella alma, ni siquiera la más pequeña mancha, porque mi gracia obra siempre, cuando encuentra en el alma las debidas disposiciones".

Medita, pecador: habla Jesús: ¡Ah! ¡Si supieras lo que ha dicho El de ti, esto es, de las almas que le han herido mucho, serías feliz, demasiado feliz!

¿Sabes que cuando un alma desanda el camino que la alejaba de Dios, el corazón de Cristo no puede contenerse y le sale al encuentro? ¿Sabes que los pecados tuyos, tus impurezas, tus blasfemias... y baja por la escala del horror y del pecado hasta donde quieras... todos, todos han regresado ya a la nada?

En la obra maravillosa de la creación, sólo el pecado, recuérdalo, sólo el pecado perdonado en el Sacramento de la Penitencia, vuelve al no ser. Escucha a Jesús: "Si supieras lo que yo haría en un alma, aun llena de miserias, con tal que se abandonara a mi amor...El amor no tiene necesidad de nada... sólo necesita no encontrar resistencia. Con cuánta frecuencia lo que Yo busco en un alma, para hacer de ella una santa, es que no me resista...".

Si pecaste, hiciste lo más triste que pudieras haber hecho; te sucedió la única desgracia que merece ser llamada tal: disgustar a un Padre que te da cada segundo, el aire que necesitas para vivir; aún más, que te da en el orden físico y espiritual, los infinitos dones que supone un sólo día de vida. ¡Y cuántos días has vivido ya!

Pero no te atormentes; eso tampoco lo quiere Dios. Si así fuera, de nada te valdría vivir inundado por su misericordia.

Un acto de contrición perfecta, un acto de confianza ilimitada, y arrójate con los ojos cerrados, en los brazos de Dios. Le robarás el corazón. ¡Qué feliz eres pecador!

Y sí, por un imposible, pudieras aún dudar de su misericordia, no pierdas tiempo: corre al momento a María, y después de este encuentro tendrás que exclamar, aplastado por la prueba de la misericordia infinita: Me venciste, Señor!

Así te quiere Dios. Vencido por el amor, por la confianza, por el abandono, por la convicción profunda de tu indignidad.

Así, anonadado y pequeño, sube al regazo de la Madre y reposa de las grandes fatigas del pecado, en santa paz. No temas, no dudes. Ella no te va a fallar.

Ella desde hace veinte siglos, se declaró y siempre se demostró, Madre bondadosa de los pecadores. Y la madre nunca abandona al hijo, nunca deja su obra a medio hacer. Ella aplasta la cabeza de la serpiente, deshace todos los sofismas, vence todas las dificultades, allana todos los obstáculos, vigoriza el corazón, infunde aliento y valor. Sólo abandónate, confíate plenamente en Ella, cual niño en el regazo de la madre y serás salvo...

Oración final

Día 6º

Esperanza de los enfermos

Oración de inicio

Somos nosotros, Madre, testigos de curaciones que no olvidaremos nunca, y que quisiéramos publicar para tu gloria, para que todos supieran que, cuando nuestro hogar pasó por la hora decisiva y angustiosa de Getsemaní, cuando alguno de los que amamos en el alma cayó vencido por la enfermedad, traspasando todas las tinieblas con nuestra fe ¡OH don de Dios! Te llamamos y te volvimos a llamar, con insistencia porfiada cada día.

A veces tardas porque pruebas. Dejas que se vayan sumando los imposibles, y cuando ya toda esperanza humana ha desaparecido, cuando queda sólo Dios, y en Dios seguimos esperando a pesar de todo, entonces obras: es el momento propicio. Pero tiene que alentar en el alma ¡OH lo sabemos! Un abandono perfecto en su misericordia, una confianza absoluta, total y heroica. La confianza vence a Dios. Los ángeles presencia reverentes y absortos el sufrimiento de un cuerpo que se inmola como hostia viva, sintiendo el mismo martirio de Cristo: Sed de almas. Desde la cruz, El enseñó a sus predilectos el arte de sufrir con alegría, porque son ellos los que pueblan el cielo.

Cuando la esperanza, no la triste esperanza de la tierra que no puede consolar porque no tiene raíces sobrenaturales, sino la esperanza robusta y luminosa en Dios, ha conquistado el señorío del corazón, el lecho del enfermo es una cátedra sagrada, desde donde el Cristo sigue enseñando a los hombres, las más desconocidas lecciones del Amor.

La dulzura, la serenidad, el silencio, en medio de los tormentos del cuerpo, son las victorias de una voluntad acerada en la escuela del padecer.

El mejor don y más valioso, es el ejemplo de padecer cristianamente. De este legado se acuerda la familia por varias generaciones.

Muchas veces, Madre de la Esperanza, no tornas la salud a los que amamos, porque nosotros, miopes para escudriñar los planes de Dios, no sabemos pedir, pero eres entonces más que nunca, Nuestra Señora de la Esperanza.

Quien haya visto agonizar invocando a María, conocerá la emoción de un espectáculo que irradia una paz que traspasando el umbral de las cosas naturales, toca ya los umbrales del cielo.

¡Hombres carnales que no creéis en la inmortalidad del alma, venid... y arrodillaos!

¡Nuestra Señora de la Esperanza!: nos ponemos totalmente en tus manos para cuando llegue la enfermedad; danos fortaleza para santificarla, y cuando Dios lo quiera, dulcifica nuestra despedida y ejemplariza nuestra muerte. Así sea

Oración final

Día 7º

Esperanza de los abandonados

Oración de inicio

No, abandonados no, mis pobrecitos. Tan sólo el enemigo puede haber sugerido a vuestro corazón, creado para la esperanza, para la luz, para el amor, semejante amargura. El es el que me odia, y debo defenderos de su sombra y de vosotros mismos. Mi dulzura y su odio, pelearán frente a frente, y agotaré los dones recibidos: es un ladrón maldito, es tristemente poderoso y vosotros sois míos.

Ahuecaré mis manos que han conservado el roce milagroso de nuestro Jesús niño, esponjaré el regazo, iré a buscaros si os habéis escondido, y mi canción de cuna os llegará dulcísima, y así sobre mis brazos, tiernamente obligados, os quedaréis dormidos.

¡Sois niños grandes, pequeños niños míos!

¿Quién podrá disputarme el derecho a acunaros, si desde la Anunciación, desde la Eucaristía, desde el Calvario, os llevo en mis entrañas?

Para adquirir este derecho fui Madre de la Víctima. Tenía yo un hijo; meditad, mis pequeños que os apegáis a las criaturas. Era esbelto y gallardo; cuando yo lo veía pasar por los caminos de Judea con su andar soberano, era tan bello el Hijo, que en el gozo infinito de la maternidad, el corazón se me partía.

A cambio de El, Dios puso entre mis brazos, una legión de hijos carcomidos de lepras y vicios. Para poder estar siempre con ellos, abandoné a mi Jesús.

Sin su Madre penetró en el Huerto de los Olivos. ¡Cómo hubiera yo corrido, sobre hielos, sobre llamas, sobre espinas, para abrazar a Aquel que habría de enamorar al mundo, hasta el fin de los siglos. Por haberme prometido acompañaros, no pude.

El beso que yo hubiera dado a mi Jesús sufriente, tal vez hubiera aniquilado totalmente sus fuerzas. Si El me hubiera mirado con aquellos sus ojos indecibles, más ardiente que Pedro, sin poder contenerme, quizá lo hubiera desarmado con mi abrazo. ¿Y vuestra redención?, ¡ah, pobrecitos!, No se habría realizado.

Sin su Madre, porque era necesario dejarlo solo, entró en plena agonía. ¡Como hubiera volado: comprendedme, madres de la tierra. Era mi hijo! Sin mí, que tuve para El todas las intuiciones del amor, y sabía hasta donde era sensible su delicado corazón, pasó toda la noche del Jueves Santo; mi martirio fue inenarrable y divino.

Esa noche sufrió el desprendimiento total, el desgarramiento infinito, y yo lo sabía, pero me sentía presa en una cárcel sin rejas. Lo que vino después...fue algo tan espantoso que es imposible de narrar. Os di mi hijo, y os di mi Dios; ¿puedo daros aún algo más? ¿Verdad que nunca me diréis que estáis abandonados?

Enfermos, doloridos, acongojados, sí, mis pobrecitos, pero no abandonados.

¿Verdad que nunca más?

Oración final

Día 8º

Esperanza de los que sufren

Oración de inicio

Hijo mío, si sufres, llámame; yo soy la Señora de la Esperanza.

Bien sé que tú estarías pronto a sufrir mil pruebas aún más dolorosas a cambio de ésta; pero Dios no quiere aquellas mil, sino sólo una, pero ha de ser precisamente ésta y no otra.

Tú serías capaz de inmolar lo mejor de tí mismo porque eres muy generoso; pero Dios es capaz, "muy capaz" de no aceptar tu inmolación, exigiéndote en cambio, el pequeño vencimiento de tu carácter, paciencia a veces heroica para sufrir los defectos del prójimo, serenidad en el fracaso de tus sueños queridos.

Momento llegará, si no ha llegado ya, en que te sientas sordamente cansado de sufrir. ¡Cuidado, hijo del alma que el enemigo ronda, y muy cerca está ya! El que puede evitarte esta prueba y no te la evita, está obligado a sostenerte; un pequeño esfuerzo más, y quizá vencerás. No permanezcas nunca solo, porque eso es peligroso, ven a mis brazos ¡y verás si vencemos!

Sobre todo, no murmures jamás interiormente de Dios; piensa y cree que El te ama inmensamente más de lo que le amas tú; por eso, aunque no lo comprendas, te fortifica y te acrisola. El cielo has de conquistártelo tú, hora tras hora.

Si las cosas te salieran demasiado bien, si fueras mimado por Dios, entonces, sí, deberías sospechar y temer que todo fuera abandono y castigo. Hijo mío: la lógica del amor parece contradictoria, ero si eres fiel, El te llevará de claridad en claridad y llegarás a comprenderlo todo, con facilidad habitual.

Yo siendo Madre de Dios, aprendí en el destierro, como tú, la ciencia del dolor: por eso me llamáis ahora vuestra Señora de la Esperanza.

Es necesario que eduques tu voluntad. Sé valiente; comienza por soportar virilmente las contrariedades de cada día, aunque nada tengan que ver con el dolor dominante de tu vida. Si soportas voluntariamente los pequeños aguijones que te hieren, irás realizando lenta pero seguramente tu propia inmunización.

Aprenderás a conocer el valor sobrenatural del dolor, y ahí está todo el secreto.

Cada dolor será en tu vida ala o cadena, lo que tú elijas, hijo mío. Y cuando haya pasado, si lo aceptaste amorosamente, con el pleno consentimiento de tu voluntad, serás un héroe, si lo sufriste forcejeando, un esclavo vulgar.

No te detengas en la medianía; en el camino de la perfección, ese puede ser un pasaje, pero nunca será el clima de los héroes y los santos.

Y por fin... llámame; te izaré en mis brazos y todo el tiempo de la prueba te llevaré, para que no te venzan, levantado en alto.

Oración final

Día 9º

Esperanza de los que luchan

Oración de inicio

Oye, Señora: la cristiandad te aclama Capitana invencible de la esperanza. La voz de Cristo, bajando de la cruz, ratificó, en la grandiosidad de su agonía, el título de gloria: Reina de los Apóstoles.

Capitana aguerrida de los que emprenden con santa audacia el camino de la perfección, y luchan denodados contra el desaliento, el carácter, la aridez, la fragilidad, la tentación, el atractivo de las criaturas, el aparente abandono de Dios.

En tu poder están los planos de cada batalla espiritual y de cada ofensiva del enemigo. Tú posees el secreto de la técnica de la victoria, conoces todas las estrategias infalibles... y las derrochas, por una suerte de alumbramiento espiritual, que te costó la vida de Jesús.

Angelical y transparente, eres la conductora de la juventud, que brega empecinada en los ocultos combates de la castidad; esta juventud nueva que es la esperanza de la Iglesia, dulcísimo consuelo de los que plasman almas, porque ella encarna el sueño de Jesús.

Capitana y bandera del ejército laico, que sólo puede ser vencido cuando se deje vencer por el pecado, semillita de luz, dispuesto está a cubrirte con su cuerpo cada soldado. Clarín irresistible, cuyo toque pone luz en las almas, fuego en el corazón, clarín de los apóstoles que luchando y cantando, aunque el barro les salpique los miembros, van confesando a Dios.

Conquistadora y Reconquistadora que pasas por la historia de la Iglesia, como una bendición, iluminando errores, disipando herejías y formando los héroes como Domingo de Guzmán. Pero en todas las luchas, no sólo en las heroicas, en las vulgares contradicciones diarias de cada hogar, eres, la Consejera, la Pacificadora, la Madre llena de dulzura sin par. ¡Vámonos, ya Señora: levantemos la tienda, que la mies nos espera y son legión las almas; caminemos deprisa, vamos a conquistar la tierra para Cristo!

¡A tu poder confiamos la victoria de esta doble conquista que ha traspasado nuestro corazón: para nosotros, la santidad, el cielo; y el mundo para Dios!...

Oración final

 

A La Medalla Milagrosa

A La Medalla Milagrosa

ORACION PARA TODOS LOS DIAS

Benignísima Madre de Misericordia Hija de Dios Padre, Madre de Dios, Esposa del Espíritu Santo, Noble descanso de todos. Vos sois en las cosas dudosas nuestra luz; en las tristes das consuelo; en las angustias alivio; y en los peligros y tentaciones fiel socorro. Sois paraíso de gracia y espirituales dones. Bienaventurados los que de veras os aman y sirven, y los que por santidad de vida se hacen siervos y devotos nuestros, a vuestra piedad pues, recurro, Reina y Señora mía para que me enseñéis, gobernéis y defendáis en todas las horas y momentos de mi vida suplicándoos humildemente ahora me alcancéis de la Majestad Divina la gracia que al presente os pido, si conviniere para bien de mi alma y si no conviene, vos, como abogada mía, dirigid mi voluntad sólo a lo que se honra y gloria de Dios y salvación de mi alma. Amén

Oración para obtener un favor

Inmaculada Madre de Dios y madre mía, que al entregamos tu Medalla, te has mostrado dispensadora de todas las gracias del cielo. Reconozco mi indignidad para merecer tu protección; pero miro tu imagen con los brazos abiertos y recurro a ti para que me concedas la gracia que te pido.

(Aquí se pide la gracia y se reza tres veces la oración jaculatoria: “OH María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti”).

Oración de acción de gracias

Virgen Milagrosa, mírame delante de ti, lleno de alegría, para darte las gracias por el favor que me has concedido. He reconocido por experiencia que siempre escuchas las peticiones que te hacemos y que tu Medalla es prenda de protección y de paz. Continúa, Virgen Milagrosa, otorgándonos favores y acercándonos cada día más al Señor.

“OH María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrios a ti”.

NOVENA TRADICIONAL

Oración preparatoria para todos lo días

Santísima Virgen María, mira con ojos misericordiosos a cuantos recurren a ti, llenos de confianza y de amor para implorar tu protección. Derrama sobre nosotros las bendiciones que has prometido a cuantos lleven tu Medalla. Te amamos de corazón y tenemos la certeza de que atenderás nuestras súplicas. Amén.

Oración final para todos los días

OH Virgen Inmaculada de la Medalla Milagrosa, disipa con un rayo de tus manos nuestras tinieblas interiores; ayúdanos a andar nuestro camino espiritual. Haz que tu Medalla sea escudo invulnerable para nuestros cuerpos y para nuestras almas y que nos ayude a vivir la vida de la gracia. Amén.

Día Primero

La Medalla, libro abierto

La Virgen María ha querido que su Medalla sea como un libro abierto lleno de enseñanzas para nosotros. En ella aparece su triunfo sobre el diablo y el pecado, simbolizados por la serpiente pisada por los pies de la Madre de Dios y protectora del mundo.

(Se pide la gracia que se desea. Se rezan tres Avemarías con la Jaculatoria de la Medalla para cada una. Así todos los días después de la lectura. Y se termina con la Oración final de arriba).

Día Segundo

La Medalla y la súplica de María.

Por las manos bondadosas de María suben nuestras plegarias a Dios; y por esas mismas manos descienden a nosotros los favores concedidos. La Virgen se apareció a santa Catalina intercediendo por nosotros y luego distribuyendo las gracias que llenaban sus manos y sus dedos.

Día Tercero

La Medalla poderosa

María es la bendita entre todas las mujeres porque el Poderoso ha hecho cosas grandes en ella. En la Medalla las doce estrellas del reverso colocadas en círculo indican el poder de María en el cielo y en la tierra.

Su oración ante el Hijo es poderosísima.

Día Cuarto

La Medalla y el dolor de María

La Medalla lleva grabados en el reverso los símbolos del sufrimiento de Jesús y de María en favor nuestro.

Por eso aparece el corazón de María atravesado por una espada junto al corazón de Jesús coronado de espinas. Además la letra M que significa María, sostiene la cruz que significa Jesús. Es que la Virgen María participó en los dolores de Jesús en favor nuestro.

Día Quinto

La Medalla camino hacia Cristo

María vivió 30 años con Jesús en el silencio de Nazaret ofreciendo todos los cuidados de madre a su hijo. Ahora, por medio de la Medalla, ha querido enseñamos el camino para llegar a él: amar ala Virgen, obedecerla, invocarla y meditar lo que significa que la Cruz esté apoyada en la letra M.

Día Sexto

La Medalla y nuestra oración

La vida de María fue una continua oración. Oración de meditación en Belén, oración silenciosa en el Calvario, oración de petición en Cana, oración de adoración en la Encarnación. En la Medalla ha querido aparecer como intercesora con la Jaculatoria: OH María.., ruega por nosotros que recurrimos a ti.

Día Séptimo

La Medalla y los favores de María

La Virgen misma nos ha dicho: cuantos lleven esta Medalla, recibirán favores grandes. Y el pueblo le ha puesto el nombre de Milagrosa precisamente por los favores que la Virgen nos concede a través de su Medalla. Y mostró que se manifiesta gozosa cuando le pedimos favores grandes. Ella se siente feliz al poder responder a nuestras peticiones.

Día Octavo

La Medalla representa a la Madre

Son muchos los símbolos y los significados de la Medalla en el anverso y en el reverso de la misma. Pero sobresale por todos ellos su figura de Madre, con sus ojos vueltos a nosotros, con su cara descubierta y con sus manos extendidas para que no caigamos al caminar y para ayudamos con las gracias de sus rayos en las dificultades.

Día Noveno

La Medalla triunfo de María

Las Medallas Milagrosas se propagan por todas partes. Santa Catalina dijo con palabras proféticas: María es la Reina del Universo, será llevada en triunfo. Dará la vuelta al mundo. Cuando los tiempos se vuelven amenazadores por las malas costumbres de los hombres... la Milagrosa aparece como un faro de esperanza y como remedio a nuestros males. Ella triunfará.

 

A Maria Inmaculada

A Maria Inmaculada

ESTRELLA DE LA MAÑANA

1er. Día de la Novena

Apareció un lucero en medio de la oscuridad y anuncio al mundo en tinieblas que la Luz estaba para llegar. La aparición de Nuestra Señora en el mundo es como la llegada de la aurora que precede a la luz de la salvación, Cristo Jesús; como el abrirse sobre la tierra, toda cubierta del fango del pecado, de la mas bella flor que jamás haya brotado en el jardín de la Humanidad: el nacimiento de la criatura mas pura, mas inocente, mas perfecta, mas digna de la definición que el mismo Dios, al crearlo, había dado al hombre: imagen de Dios, semejanza de Dios.

  • Maria nos restituye la figura de la humanidad perfecta. Jamás los Ángeles habían contemplado una criatura más bella, nunca la humanidad tendrá nada parecido. Dios te salve…
  • Ella es la seguridad, el Amor que nunca abandona, el refugio constantemente abierto, la mano que acaricia y consuela siempre. Dios te salve…
  • Por Ella nos llego Cristo y por Ella nos ha llegado y seguirán derramándose sobre nosotros todas las gracias que nos sena necesarias. Dios te salve…
  • Ella nos ofrece todas las cosas que conservaba en su corazón que miran directamente a Jesús, a cuyo encuentro nos lleva de la mano. Dios te salve…
  • De Maria se origina una luz especial que alumbra el camino que debemos seguir en las diferentes tareas y asuntos de la vida. Dios te salve Maria…
  • La Virgen fue bendita entre todas las mujeres porque estuvo a cubierto del pecado y de las huellas que el mal deja en el alma: solo Ella conjuro la maldición, trajo bendición y abrió la puerta del paraíso. Dios te salve…
  • En este primer día de la Novena con que queremos honrar a Nuestra Madre del Cielo, hacemos el propósito firme, ¡tan grato a Ella!, de recurrir a su intercesión en cualquier necesidad en que nos encontremos y bajo su amparo ponemos todos los días de nuestra vida. Ella nos guiara a través de un camino seguro. Dios te salve… Gloria…

CASA DE ORO

2do. Día de la Novena

Cada de oro, recinto de muchísimo esplendor. Cuando una familia habita una casa y la convierte en un hogar, ese refleja las peculiaridades, aficiones y preferencias de sus habitantes. La casa y quienes la habitan constituyen una cierta unidad, como el cuerpo y el vestido, como el conocimiento y la acción.

  • Cuando llego la plenitud de los tiempos y Dios decreto su venida al mundo, preparo a Maria como la criatura adecuada donde El iba a habitar durante nueve meses, desde su Encarnación hasta el Nacimiento en Belén. Dios te salve…
  • Maria, el nuevo Templo de Dios, fue revestida de una hermosura tan grande que otra mayor no fue posible. Su Concepción Inmaculada y todas las gracias y dones con que Dios enriqueció su alma estaban dirigidos en orden a su Maternidad Divina. Dios te salve…
  • Cuando decimos que Maria tiene una dignidad casi infinita se quiere indicar que es la criatura más cercana a la Santísima Trinidad y que goza de un honor y majestad altísimos, del todo singulares. Dios te salve…
  • Del Espíritu Santo es Maria Templo y Sagrario. Que alegría saber que tenemos una Madre tan cercana a Dios, tan pura y bella, tan próxima a nosotros. Dios te salve…
  • Dios te salve, Maria, hija de Dios Padre: Dios de salve, Maria, Madre de Dios Hijo: Dios te salve, Maria, Esposa de Dios Espíritu Santo… ¡Mas que tu, solo Dios! Dios te salve…
  • Maria actuó siempre con facilidad y como al dictado de Dios. Nuestra Madre se dejo llevar con docilidad en las grandes cosas que Dios le pidió y en los detalles menudos de cada día. Dios te salve…
  • Maria se sintió siempre Hijas de Dios, y este sentimiento profundo fue creciendo en Ella continuamente, hasta el fin de su vida mortal. Pero, a la vez, se sentía Madre de Dios y Madre de los hombres. Dios te salve… Gloria

ESCLAVA DEL SEÑOR

3er. Día de la Novena

Lc 1, 47-48.

Cuando llego la plenitud de los tiempos fue enviado el Angel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazareth. Se dirige a quien mas amaba en la tierra y lo hace a traves de un mensajero excepcional, pues muy especial es el mensaje que comunica: No temas, Maria, porqué has halado gracia delante de Dios, le dice el Arcángel San Gabriel. En un momento, por una particular gracia, le fue revelado a Nuestra Señora que iba a ser Madre del Mesías, del Redentor del que habían hablado los Profetas. Ella iba a ser aquella virgen anunciada por Isaías, que concebiría y daría a luz al Emmanuel, al Dios con nosotros.

  • La respuesta de la Virgen es una reafirmación de la entrega a la voluntad divina: He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Puede decirse que este consentimiento suyo para la maternidad es sobre todo fruto de la donación total a Dios en la virginidad. Dios te salve…
  • Desde el momento en que Nuestra Madre dio  su consentimiento, el Verbo de Dios, la Segunda Persona de la Trinidad Beatísima, tomo carne en sus entrañas purísimas. Y esto es lo más admirable y asombroso que ha ocurrido desde la Creación del mundo. Dios te salve…
  • Maria, ahora sabía el motivo de tantas gracias del Señor, por que había sido siempre tan sensible a las inspiraciones del Espíritu Santo, la razón de sus cualidades. Fue como si, de pronto, se hubiese colocado en el centro del universo, más allá del tiempo y del espacio. Dios te salve…
  • Maria es Maestra de entrega sin limites, su respuesta de generosidad ejemplar – he aquí la esclava del Señor – Señor, cuenta conmigo para lo que quieras. Dios te salve…
  • Maria nos enseña a estar siempre abiertos a Dios en una entrega plena a la llamada que cada uno recibe del Señor. Esta es la grandeza de una vida: poder decir al termino de la misma: Señor, he procurado cumplir siempre tu voluntad.  Dios te salve…
  • La misión a la que hemos sido llamados es el mayor don recibido de Dios, para lo que nos ha creado, lo que nos hace felices, para lo que ha dispuesto desde la eternidad las gracias necesarias. A todos nos llama Dios, y algo importante a sus ojos quiere de nosotros, desde el momento en que nos llamo a vivir en comunidad. Dios te salve…
  • Contemplando la vocación de Maria comprenderemos mejor que los llamados que Dios nos hace son siempre una iniciativa divina, una gracia que parte del Señor. Dios te salve… Gloria …

CAUSA DE NUESTRA ALEGRIA

4to. Día de la Novena

En Dios esta la alegría verdadera, y lo que nos llega de El viene siempre con ese gozo. Cuando Dios hizo el mundo de la nada, todo fue fiesta, y de modo particular cuando creo el hombre a imagen y semejanza suya. Hay un gozo contenido en la expresión con que concluye el relato de la creación: Y vio Dios que era muy bueno cuanto había hecho.

Con la Concepción Inmaculada de Maria vino al mundo, silenciosamente, el primer destello de alegría autentica. Su nacimiento fue de inmenso gozo para la Trinidad Beatísima, que miraba complacida al mundo porque en el estaba Maria.

  • Cuando Dios quiere trabajar un alma, elevarla a lo más alto de su amor, la instala primeramente en su alegría. Esto hizo con Maria; y la plenitud de este gozo es doble: en primer lugar porque esta llena de gracia, llena de Dios y en segundo lugar, porque el Hijo de Dios ha tomado carne en sus purísimas entrañas.  Dios te salve…
  • Cristo es el gran contento, que barre las tristezas del corazón; Maria fue la Causa de nuestra alegría verdadera, porque con su consentimiento nos dios a Cristo, y actualmente, cada día, nos lleva a El y nos lo vuelva a entregar.   Dios te salve…
  • La alegría – no podemos olvidarlo jamás – es estar con Jesús, aunque nos rodeen por todas partes dolores y contradicciones; la única tristeza seria no tenerle. El camino de la vida interior conduce a Jesús a través de Maria.    Dios te salve…
  • Maria lleva la alegría allí donde va. Es la proximidad de Maria, que lleva en su seno al Hijo de Dios, la causa de tanto alborozo en aquella casa, que hasta el Bautista aun no nacido muestra su alegría en el vientre de su madre. Dios te salve…
  • Maria nos enseña a ser causa de alegría para los demás en el seno de la familia, en el trabajo, en las relaciones con aquellos a quienes tratamos, aunque sea por poco tiempo. Dios te salve…
  • Hoy podremos examinar como es nuestra alegría, se es camino para que otros encuentren a Dios, si somos luz y no cruz para aquellos con quienes tenemos habitualmente una relación mas intensa.  Dios te salve…
  • La alegría, nace del amor. Y tanta fuerza tiene el amor que olvidamos nuestro contento por contentar a quien amamos. Quienes estuvieron cerca de Maria participaron del inmenso gozo y de la paz inefable que llenaba su alma. Dios te salve… Gloria …

ROSA MISTICA

5to. Día de la Novena

Lc 2, 19.51.

Maria conserva y medita. Sabe de recogimiento interior, y valora, guarda en su intimidad y hace tema de su oración los sucesos grandes y pequeños de su vida. Esta plegaria continua de Maria es como el aroma de la rosa que constantemente se eleva hacia Dios. Esta elevación suya no cesa jamás, tiene una frescura igual a la primera; es siempre jubilosamente nueva y virginal. Si la brisa de nuestras plegarias o los vientos tormentosos de este mundo pasan junto a Ella y la rozan, el perfume de la oración se levanta entonces mas fuerte y perceptible; se convierte en intercesora incluyendo nuestra oración en la suya para presentarla al Padre en Cristo Jesús, su Hijo. 

  • Maria en Cana de Galilea, en las bodas de aquellos parientes o amigos, nos enseña con que delicadeza e insistencia se debe pedir. Dios te salve…
  • Deja Maria al Señor el campo totalmente libre para que haga sin compromisos ni violencias su voluntad, pero es porque Ella estaba segura de que su voluntad era lo más perfecto que podía hacerse y lo que de verdad resolvía el asunto. Dios te salve…
  • Maria no le ata las manos forzándole a adoptar un camino, a hacer algo determinado: confía en su sabiduría, en su superior conocimiento, en su visión más amplia y profunda de las cosas que abarca aspectos y circunstancias que Ella podía, quizá, desconocer.  Dios te salve…
  • Maria al pie de la Cruz nos anima a estar siempre junto a Cristo, en oración silenciosa, en los momentos más duros de la vida. Dios te salve…
  • Maria se encuentra con los Apóstoles, orando juntamente con ellos, en espera de la llegada del Espíritu Santo. Dios te salve…
  • Maria conservaba todas estas cosas dentro de si, ponderándolas en su corazón. Procuremos nosotros imitarla, tratando con el Señor, en un dialogo enamorado, de todo lo que nos pasa, hasta de los acontecimientos mas menudos. Dios te salve…
  • Maria, desde el Cielo, nos alienta siempre a no dejar jamás la oración, el trato con Dios, pues es nuestra fortaleza diaria. La oración nos hace fuertes contra ka tentación. Dios te salve… Gloria …

MADRE AMABLE

6to. Día de la Novena

Maria se convirtió en Madre de todos los hombres en el momento en que consintió libremente en ser Madre de Jesús, el primogénito entre muchos hermanos. Esta maternidad Maria sobre nosotros es superior a la maternidad natural humana, pues al dar a luz corporalmente a Cristo Cabeza del Cuerpo Místico, que es la Iglesia, engendro espiritualmente a todos sus miembros, a todos nosotros, y Cristo es la fuente de toda vida espiritual. Maria es Madre de todos los hombres, en especial de los fieles.

  • Jesús nos da a su Madre como Madre nuestra, nos mirara a cada uno, y nos dice: Ahí tienes a tu Madre, tratadla bien, acude a Ella, aprovecha este don inefable. Dios te salve…
  • La maternidad espiritual de Maria fue confirmada por Cristo mismo desde la Cruz. Ahí tienes a tu Hijo. Dios te salve…
  • Preguntémonos en este día el lugar que ocupa Maria en nuestra vida: ¿La hemos sabido acoger como Juan? ¿La dejamos con frecuencia sola? ¿’La llamamos muchas veces Madre, Madre mía? ¿La tratamos bien? Dios te salve…
  • Maternidad quiere decir solicitud y desvelo por el hijo. Y esto se da en la Virgen por todos los hombres. Intercede por cada uno y obtienes las gracias específicas y oportunas que necesitamos. Dios te salve…
  • Lo mismo que los hijos son diferentes y únicos para su madre, así somos todos para Maria. Ella nos conoce bien, nos distingue  en la lejanía de cualquier otro, nos llama por nuestro nombre con un acento inconfundible. Dios te salve…
  • Maria, Madre por excelencia, tiene siempre para nosotros una sonrisa en los labios, un gesto acogedor, una mirada que invita a la confianza; siempre esta dispuesta a entender lo que ocurre en nuestro corazón. Dios te salve…
  • El Señor desea que aprendamos a quererla siempre mas; que tengamos con Ella los detalles de delicadeza y de amor que El hubiera tenido en nuestro caso, desagraviarla por el olvido en que la tienen algunos de sus hijos, acudir a Ella en la menor necesidad, rezarle el Ángelus, el Santo Rosario, tan grato al corazon de nuestra Madre.  Dios te salve… Gloria …

REFUGIO DE LOS PECADORES

7mo. Día de la Novena

Refugium peccatorum: desde siempre los cristianos la han visto como amparo y refugio de los pecadores, donde acudimos a protegernos, como por instinto, en momentos de mayor tentación o dificultades más grandes, o cuando quizá hemos sido fieles al Señor. Maria es el atajo que nos facilita la vuelta rápida a Jesús.

Para eso, se consagro totalmente como esclava del Señor a la Persona  y a la obra de su Hijo, sirviendo bajo El y con El al misterio de la redención. Muy particular en el Calvario, donde ofreció a su Hijo al Padre y Ella se ofreció juntamente con El: Verdaderamente Maria de ha convertido en la aliada de Dios.

  • Maria se encuentra muy cerca de la Confesión: esta presente en el camino que lleva a este sacramento, disponiendo el alma para que con humildad, sinceridad y arrepentimiento, se llegue a este sacramento de la misericordia divina. Dios te salve…
  • Si alguna vez nos avergüenzan particularmente las faltas cometidas, Maria es el Refugio primero al que hay que acudir. Y Ella, poco a poco, con su gracia maternal, hace fácil lo que al principio quizá resultaba difícil. Dios te salve…
  • Si un hijo se ha alejado de la casa paterna, ¿Que madre no estaría dispuesta a facilitarle el regreso? Ella, que experimento la mayor alegría al encontrar a su Hijo que se había perdido, nos ayudara a desandar lo andado, a rectificar lo que sea preciso. Dios te salve…
  • Maria, Refugio de los pecadores, nuestro refugio, danos el instinto certero de acudir a Ti cuando nos hayamos alejado, aunque sea poco, del amor de tu Hijo. Regálanos el Don de la contrición. Dios te salve…
  • Santa Maria, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores. Maria, con tu ayuda nos despegaremos del egoísmo, de pequeños rencores quizá, faltas de amor. Dios te salve…
  • Resulta sorprendente, gozosamente sorprendente, la insistencia de Jesús en su llamada constante a los pecadores, pues el Hijo del hombre ha venido a salvar lo que estaba perdido. Dios te salve…
  • La misión de Maria no es ablandar la justicia divina. Dios es siempre bueno y misericordioso. La misión de Nuestra Madre es la disponer nuestro corazón para que podamos recibir las innumerables gracias que el Señor nos tiene preparadas.  Dios te salve… Gloria …

PUERTA DEL CIELO

8vo. Día de la Novena

Puerta del Cielo, así la hemos invocado tantas veces en las letanías del Santo Rosario. Maria es la entrada y el acceso a Dios, es la Puerta oriental del Templo de la que habla el Profeta Ezequiel (Ez 44, 1), porque por allí nos llego Jesús, el Sol de justicia. Y es, a la vez, la puerta dorada del Cielo por la un día confiamos entrar en el descanso de la eterna bienaventuranza. A través de Maria encontraremos siempre a Jesús. Contemplar a Jesús a través del Corazón Inmaculado de Maria.

  • Muchos hombres hemos recorrido a veces mil caminos extraviados, buscando a Dios con nostalgia; hemos intentado llegar a El a fuerza de brazos, de complicadas especulaciones, y hemos olvidado esta entrada sencilla que es Maria. Dios te salve…
  • Con Maria es más fácil la santidad y la salvación. Sin Maria no solo se hace todo mas difícil, sino que quizá se vuelve imposible, pues Dios mismo ha querido que fuera la dispensadora de todos los tesoros que Jesús nos conquisto con su Sangre y su Muerte. Dios te salve…
  • Maria no es solo puerta del cielo, sino una ayuda poderosísima para que lleguemos a Jesús. Pues asunta a los cielos, no ha dejado esta misión salvadora. Dios te salve…
  • Maria por voluntad divina es Mediadora ante el Mediador y subordinada a El. Todas las gracias nos vienen de manos de Maria. Dios te salve…
  • Maria siempre esta dispuesta a concedernos lo que le pidamos y nos ayude en nuestra salvación. No nos quedemos cortos en la petición; porque Maria otorga sus dones con largueza. Dios te salve…
  • Maria es Puerta del Cielo, porqué de la misma forma que toda gracia e indulto que otorga el Rey pasa por la puerta de su palacio, de igual manera ninguna gracia desciende del Cielo a la tierra sin pasar por las manos de Maria. Dios te salve…
  • Con su intercesión omnipotente a Maria la llamamos Puerta del Cielo, porque nos procura los auxilios necesarios para llegar al Cielo y entrara hasta el mismo trono de Dios, donde nos espera nuestro Padre. Dios te salve… Gloria

 

 

Decenario al Espiritu Santo

Decenario al Espiritu Santo

NOVENA POR LA UNCION DEL ESPIRITU SANTO


Pidamos por una poderosa efusión del Espíritu Santo.

Cristo murió en la Cruz para que nosotros seamos transformados por el Espíritu en hijos de Dios, participando de su santidad. Pero debemos desearlo, pedirlo y disponernos a recibirlo.

Rezar cada día de la novena:

Acto de consagración al Espíritu Santo diario:

Recibid ¡OH Espíritu Santo!, la consagración absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi Director, mi Luz, mi Guía, mi Fuerza, y todo el amor de mi Corazón.

Me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.

¡OH Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús.

Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.

Oración por los 7 dones del Espíritu Santo

OH, Señor Jesucristo, que antes de ascender al cielo prometiste enviar al Espíritu Santo para completar tu obra en las almas de tus Apóstoles y discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu Santo para que Él perfeccione en mi alma la obra de tu gracia y de tu amor. Concédeme el Espíritu de Sabiduría para que pueda despreciar las cosas perecederas de este mundo y aspirar sólo a las cosas que son eternas, el Espíritu de Entendimiento para iluminar mi mente con la luz de tu divina verdad, el Espíritu de Consejo para que pueda siempre elegir el camino más seguro para agradar a Dios y ganar el Cielo, el Espíritu de Fortaleza para que pueda llevar mi cruz contigo y sobrellevar con coraje todos los obstáculos que se opongan a mi salvación, el Espíritu de Conocimiento para que pueda conocer a Dios y conocerme a mí mismo y crecer en la perfección de la ciencia de los santos, el Espíritu de Piedad para que pueda encontrar el servicio a Dios dulce y amable, y el Espíritu de Temor de Dios para que pueda ser lleno de reverencia amorosa hacia Dios y que tema en cualquier modo disgustarlo. Márcame, amado Señor, con la señal de tus verdaderos discípulos y anímame en todas las cosas con tu Espíritu. Amén.

 


PRIMER DÍA (viernes)

¡Espíritu Santo! ¡Señor de Luz! ¡Danos, desde tu clara altura celestial, tu puro radiante esplendor!

El Espíritu Santo

Sólo una cosa es importante: la salvación eterna. Por lo tanto, sólo una cosa hay que temer: el pecado. El pecado es el resultado de la ignorancia, debilidad e indiferencia. El Espíritu Santo es el Espíritu de Luz, de Fuerza y de Amor. Con sus siete dones ilumina la mente, fortalece la voluntad, e inflama el corazón con el amor de Dios. Para asegurarnos la salvación debemos invocar al Divino Espíritu diariamente, porque “el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos cómo pedir para orar como conviene; mas el Espíritu mismo intercede por nosotros” (Rom 8,26).


Oración
Omnipotente y eterno Dios, que has condescendido para regenerarnos con el agua y el Espíritu Santo, y nos has dado el perdón de todos los pecados, permite enviar del cielo sobre nosotros los siete dones de tu Espíritu, el Espíritu de Sabiduría y de Entendimiento, el Espíritu de Consejo y de Fortaleza, el Espíritu de Conocimiento y de Piedad, y llénanos con el Espíritu del Santo Temor. Amén.


Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria


SEGUNDO DÍA (Sábado)

¡Ven, Padre de los pobres. Ven, tesoros que sostienes. Ven, Luz de todo lo que vive!


El don del Temor de Dios

El don del Santo Temor de Dios nos llena con un soberano respeto por Dios, y nos hace que a nada temamos más que a ofenderlo por el pecado. Es un temor que se eleva, no desde el pensamiento del infierno, sino del sentimiento de reverencia y filial sumisión a nuestro Padre Celestial. Es el temor principio de sabiduría, que nos aparta de los placeres mundanos que podrían de algún modo separarnos de Dios. “Los que temen al Señor tienen corazón dispuesto, y en su presencia se humillan” (Ecl 2,17).


Oración
¡Ven, OH bendito Espíritu de Santo Temor, penetra en lo más íntimo de mi corazón, que te tenga, mi Señor y Dios, ante mi rostro para siempre, ayúdame a huir de todas las cosas que te puedan ofender y hazme merecedor ante los ojos puros de tu Divina Majestad en el Cielo, donde Tú vives y reinas en unidad de la siempre Bendita Trinidad, Dios en el mundo que no tiene fin. Amén.


Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria


TERCER DÍA (Domingo)

Tú, de todos los consoladores el mejor, visitando el corazón turbado, da la gracia de la placentera paz.

El don de Piedad

El don de Piedad suscita en nuestros corazones una filial afección por Dios como nuestro amorosísimo Padre. Nos inspira, por amor a Él, a amar y respetar a las personas y cosas a Él consagradas, así como aquellos que están envestidos con su autoridad, su Santísima Madre y los Santos, la Iglesia y su cabeza visible, nuestros padres y superiores, nuestro país y sus gobernantes. Quien está lleno del don de Piedad no encuentra la práctica de la religión como deber pesado sino como deleitante servicio. Donde hay amor no hay trabajo.


Oración

Ven, OH Bendito Espíritu de Piedad, toma posesión de mi corazón. Enciende dentro mío tal amor por Dios que encuentre satisfacción sólo en su servicio, y por amor a Él me someta amorosamente a toda legítima autoridad. Amén. 

Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria


CUARTO DÍA (Lunes)

Tú, en la fatiga dulce alivio, refresco placentero en el calor, solaz en medio de la miseria.

El don de Fortaleza

Por el don de Fortaleza el alma se fortalece ante el miedo natural y soporta hasta el final el desempeño de una obligación. La fortaleza le imparte a la voluntad un impulso y energía que la mueve a llevar a cabo, sin dudarlo, las tareas más arduas, a enfrentar los peligros, a estar por encima del respeto humano, y a soportar sin quejarse el lento martirio de la tribulación aún de toda una vida. “El que persevere hasta el fin, ese se salvará”(Mt 24,13).


Oración
Ven, OH Espíritu de Fortaleza, alza mi alma en tiempo de turbación y adversidad, sostiene mis esfuerzos de santidad, fortalece mi debilidad, dame valor contra todos los asaltos de mis enemigos, que nunca sea yo confundido y me separe de Ti, OH mi Dios y mi máximo Bien. Amén


Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria


QUINTO DÍA (Martes)

¡Luz inmortal! ¡Divina Luz! ¡Visita estos corazones tuyos y llena nuestro más íntimo ser!

El don del Conocimiento

El don del Conocimiento permite al alma darle a las cosas creadas su verdadero valor en su relación con Dios. El conocimiento desenmascara la simulación de las creaturas, revela su vacuidad y hace notar sus verdaderos propósitos como instrumentos al servicio de Dios. Nos muestra el cuidado amoroso de Dios aún en la adversidad, y nos lleva a glorificarlo en cada circunstancia de la vida. Guiados por su luz damos prioridad a las cosas que deben tenerla y apreciamos la amistad de Dios por encima de todo. “El conocimiento es fuente de vida para aquel que lo posee” (Prov 16,22).


Oración

Ven, OH Bendito Espíritu de Conocimiento, y concédeme que pueda percibir la voluntad del Padre; muéstrame la nulidad de las cosas de la tierra, que tenga idea de su vanidad y las use sólo para tu gloria y mi propia salvación, siempre por encima de ellas mirándote a Ti y tus premios eternos. Amén.


Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria


SEXTO DÍA (Miércoles)

Si tu apartas tu gracia, nada puro permanecerá en el hombre, todo lo que es bueno se volverá enfermo.


El don del Entendimiento 

El Entendimiento, como don del Santo Espíritu, nos ayuda a aferrar el significado de las verdades de nuestra santa religión. Por la fe las conocemos, pero por el entendimiento aprendemos a apreciarlas y a apetecerlas. Nos permite penetrar el profundo significado de las verdades reveladas y, a través de ellas, avivar la novedad de la vida. Nuestra fe deja de ser estéril e inactiva e inspira un modo de vida que da elocuente testimonio de la fe que hay en nosotros. Comenzamos a “caminar dignos de Dios en todas las cosas complaciendo y creciendo en el conocimiento de Dios”.

Oración
Ven, OH Espíritu de Entendimiento, e ilumina nuestras mentes, que podamos conocer y creer en todos los misterios de la salvación, y que por fin podamos merecer ver la eterna luz en la Luz, y en la luz de la gloria tener una clara visión de Ti y del Padre y del Hijo. Amén.


Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria


SÉPTIMO DÍA (Jueves)

Sana nuestras heridas, renueva nuestra fuerza. En nuestra aridez derrama tu rocío. Lava las manchas de la culpa.


El don de Consejo

El don de Consejo dota al alma de prudencia sobrenatural, permitiéndole juzgar con prontitud y correctamente qué debe hacer, especialmente en circunstancias difíciles. El Consejo aplica los principios dados por el Conocimiento y el Entendimiento a los innumerables casos concretos que confrontamos en el curso de nuestras diarias obligaciones en tanto padres, docentes, servidores públicos y ciudadanos cristianos. El Consejo es sentido común sobrenatural, un tesoro invalorable en el tema de la salvación. “Y por encima de todo esto, suplica al Altísimo para que enderece tu camino en la verdad” (Ecl 37,15).


Oración
Ven, OH Espíritu de Consejo, ayúdame y guíame en todos mis caminos para que siempre haga tu Santa Voluntad. Inclina mi corazón a aquello que es bueno, apártame de todo lo que es malo y dirígeme por el sendero recto de tus Mandamientos a la meta de la vida eterna que yo anhelo. Amén.


Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria


OCTAVO DÍA (Viernes)

Dobla la voluntad y el corazón obstinado, funde lo que está helado, calienta lo que está frío. Guía los pasos que se han desviado!


El don de Sabiduría

Abarcando a todos los otros dones, como la caridad abraza a todas las otras virtudes, la Sabiduría es el más perfecto de los dones. De la Sabiduría está escrito: “todo lo bueno vino a mí con Ella, y riquezas innumerables me llegaron a través de sus manos”. Es el don de la Sabiduría el que fortalece nuestra fe, fortifica la esperanza, perfecciona la caridad y promueve la práctica de la virtud en el más alto grado. La Sabiduría ilumina la mente para discernir y apreciar las cosas de Dios, ante las cuales los gozos de la tierra pierden su sabor, mientras la Cruz de Cristo produce una divina dulzura, de acuerdo a las palabras del Salvador: “Toma tu cruz y sígueme, porque mi yugo es dulce y mi carga ligera”.

Oración
Ven, OH Espíritu de Sabiduría y revela a mi alma los misterios de las cosas celestiales, su enorme grandeza, poder y belleza. Enséñame a amarlas sobre todo y por encima de todos los gozos pasajeros y las satisfacciones de la tierra. Ayúdame a conseguirlas y a poseerlas para siempre. Amén.


Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria


NOVENO DÍA (Sábado)

Tú, en aquellos que siempre más te confiesan y te adoran, en tus siete dones, desciende. Dales alivio en la muerte. Dales vida Contigo en las alturas. Dale los gozos que no tienen fin. Amén.


Los frutos del Espíritu Santo

Los dones del Espíritu Santo perfeccionan las virtudes sobrenaturales al permitirnos practicarlas con mayor docilidad a la divina inspiración. A medida que crecemos en el conocimiento y en el amor de Dios, bajo la dirección del Santo Espíritu, nuestro servicio se torna más sincero y generoso y la práctica de las virtudes más perfecta. Tales actos de virtudes dejan el corazón lleno de alegría y consolación y son conocidos como frutos del Espíritu Santo. Estos frutos, a su vez, hacen la práctica de las virtudes más activa y se vuelven un poderoso incentivo para esfuerzos aún mayores en el servicio de Dios.


Oración
Ven, OH Divino Espíritu, llena mi corazón con tus frutos celestiales: caridad, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Que nunca esté yo cansado en el servicio de Dios sino que, por continua y fiel sumisión a tu inspiración, merezca estar eternamente unido Contigo, en el amor del Padre y del Hijo. Amén.


Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria 


ORACION POR LOS SIENTE DONES DEL ESPÍRITU

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor. OH, Dios, que con la luz del Espíritu Santo iluminas los corazones de tus fieles, concédenos que guiados por el mismo Espíritu, disfrutemos de lo que es recto y nos gocemos con su consuelo celestial.

1 Ven, Espíritu Santo, por tu don Sabiduría, concédenos la gracia de apreciar y estimar los bienes del cielo y muéstranos los medios para alcanzarlos. Gloria

2 Ven, Espíritu Santo, por tu don de Entendimiento, ilumina nuestras mentes respecto a los misterios de la salvación, para que podamos comprenderlos perfectamente y abrazarlos con fervor. Gloria

3 Ven, Espíritu Santo, por tu don de Consejo, inclina nuestros corazones a actuar con rectitud y justicia para beneficio de nosotros mismos y de nuestros semejantes. Gloria

4 Ven, Espíritu Santo, por tu don de Fortaleza, fortalécenos con tu gracia contra los enemigos de nuestra alma, para que podamos obtener la corona de la victoria. Gloria

5 Ven, Espíritu Santo, por tu don de Ciencia, enséñanos a vivir entre las cosas terrenos para así no perder las eternas. Gloria

6 Ven, Espíritu Santo, por tu don de Piedad, inspíranos a vivir sobria, justa, y piadosamente en esta vida, para alcanzar el cielo en la otra vida. Gloria.

7 Ven, Espíritu Santo, por tu don de Temor de Dios, hiere nuestros cuerpos con tu temor para así trabajar por la salvación de nuestras almas. Gloria

Oración.
OH Dios, que has unido las naciones en la confesión de tu nombre, concédenos que los que han renacido por el agua del bautismo, tengan la misma fe en sus corazones y la misma piedad en sus acciones.

OH Dios, que enviaste el Espíritu Santo a los apóstoles, oye las oraciones de tus fieles para que gocen de la verdadera paz, quienes por tu gracia, han recibido el don de la verdadera fe. Te suplicamos, OH Dios, que tu Santo Espíritu encienda en nuestros corazones esa llama que Cristo trajo a la tierra y deseó ardientemente fuera encendida.

Inflama, OH Señor, nuestros corazones con el fuego del Espíritu Santo, para que te sirvamos castos de cuerpo y limpios de corazón. Enriquece, Señor, nuestros corazones derramando con plenitud tu Santo Espíritu por cuya sabiduría fuimos creados y por cuya providencia somos gobernados.

Te suplicamos, OH Dios Todopoderoso y Eterno, que tu Santo Espíritu nos defienda y habite en nuestras almas, para que al fin, seamos los templos de su gloria.

Te pedimos, Señor, que según la promesa de tu Hijo, el Espíritu Santo nos lleve al conocimiento pleno de toda la verdad revelada. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.