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MINISTERIO DE ORACION, INTERCESION Y LITURGIA ZONA 02

¿En que consiste la Oración?

¿En que consiste la Oración?

¿QUÉ ES LA ORACIÓN?

 

INTRODUCCIÓN

Te invitamos a una experiencia maravillosa. No te extrañes de esta invitación. Hoy en día es bueno hacer un alto en nuestra vida, para tener un ENCUENTRO con Dios, con el Espíritu Santo, que te revestirán de la alegría, del poder y de la energía de Dios. Lc 24, 49.

Te invitamos a entregarte personalmente a Jesucristo y a su Santo Espíritu, para que ELLOS realicen en ti la gran transformación.

Tendrás mente nueva, corazón nuevo, espíritu nuevo; serás hombre nuevo, mujer nueva. Ez 36, 25-27.

ES UN DON DE DIOS.

Es un darse a Dios.

Cuando se trata de oración, por parte de Dios no hay dificultad alguna, al contrario, él está siempre a la espera, llamándonos suavemente, ofreciéndose a nuestra libertad. Deberíamos volver con mucha frecuencia a las palabras del Apocalipsis que nos dicen:

Ap 3, 20.

“Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa a comer, Yo con él y él conmigo”  

ES UN ENCUENTRO PERSONAL CON DIOS

  • Es Hablar con el Señor. Hay tanto que contarle, hay tanto que escuchar de El.
  • Es el contacto con tu Dios Interior. Cualquier pensamiento,  palabra o imagen dirigida a Dios se llama oración. Pensar, hablar imaginar, redactar, cantar, soñar, desear, pedir son actos mentales; y si todo esta dirigido a Dios es una Oración.
  • Es Energía. Es una forma de pensamiento, por lo tanto, la oración es, antes que nada, energía espiritual y mental.
  • Es Poder. Porque tiene la fuerza de materializar la idea contenida. Porque, existiendo la fe, se realiza, porque determina la manifestación Divina. La oración trae el fortalecimiento en el poder. Porque la oración es poder.
  • Es Sabiduría. La oración que encuentra a Dios, encuentra al Espíritu y a la verdad. El Espíritu y la verdad son Sabiduría. “La verdad es Dios y Dios es la verdad”. Como Dios es verdad, en la oración nos volvemos uno con la verdad. Y la verdad es Sabiduría.
  • Es Milagro. Se puede afirmar que la oración es milagro porque la oración se realiza de una fuerza y un poder no explicados por la ciencia. El milagro es la realización de la oración, o de la mentalización, a través de medios maravillosos y desconocidos. Nosotros somos el poder del milagro, por causa del poder de Dios que existe en cada una de nosotros.
  • Es Amor “Reza mejor quien ama mejor”. Jesús resumió toda la ley en una sola palabra: Amor. Amar, es pues, la más perfecta oración. El Apóstol Pablo, dio al amor una dimensión y una definición extraordinaria. 1  Cor 13, 1-13. El amor es la oración más elevada.

¿QUIÉN NOS ENSEÑA A ORAR?

Jesús nos enseña que la oración nace de la vida, y a la vez la misma vida se  convierte en oración. Que la oración no es evasión, no es huir y escapar, sino un encuentro con Dios, con el hombre, con la creación.

Que la oración no son palabras egoístas a un Dios escondido, sino obras y compromiso con la humanidad del mundo. Mt 7, 15-19.

Esto significa que la oración no es un paréntesis en la vida del trabajo, no es algo falso, no es ausencia de la realidad.

Podemos ver que Jesús, no hacia un alto en su trabajo para orar, su trabajo de enseñar, evangelizar; predicar, era ya una oración.

Su vida generosamente entregada al servicio de los demás era una oración. Pero también se dedicaba, a la meditación a la contemplación y a la alabanza. Toda su vida, fue una  completa vida de oración. Jesús oraba mucho, porque la oración es signo de vitalidad, y la vitalidad es signo de oración.

Gracias a esté ejemplo de Jesús podemos comprender:

¿Por qué los hombres y mujeres comprometidos oran tanto?

NECESIDAD DE LA ORACIÓN.

La oración es una necesidad, porque gracias a ella encontramos el camino de la plenitud y la amistad con Dios. Es una necesidad, para encontrarse, para ser auténtico, para amar.

Esta realidad le descubre el hombre de hoy, incluso el insatisfecho de lo que puede obtener de la vida, del mundo, cuando se lanza en busca del  encuentro de sí mismo, para calmar su hambre interior, y esto gracias a que Dios existe en lo íntimo de su ser, sólo falta ser descubierto.

Cuando en uno de nosotros se produce el vacío de Dios, es por el  abandono de la oración y entonces surge la necesidad de buscar otras realizaciones, un autoafirmarse, él darle un sentido a nuestra vida, por ejemplo ser líder en el trabajo, adquirir posición, poder, sobresalir en cualquier ámbito. No podemos lograr la realización personal exterior, si primero no hemos alcanzado nuestra realización interior, la razón de nuestro existir, el aprender amar y dar.

JESÚS FUNDAMENTO SU VIDA EN LA ORACION.

En la Unidad con el Padre.

Con esto nos enseña que todos los hombres deben fundamentar su vida en Él (que es la roca sólida, el puente, el enlace con Dios Padre), a través de la  oración ya que El es intercesor y mediador por ser hijo del Altísimo.

Con la oración fundamos nuestra vida en Jesucristo, y le damos sentido a la  existencia, y vamos a convivir con los demás, porque el Señor nos dará una inmensa capacidad de amar.

En el Evangelio podemos apreciar, que Jesús el Señor, el Maestro oraba mucho; ora en la montaña, en el desierto, al caer la tarde, a medida noche, a la mañana; hasta ora en medio de la multitud que le acosa.

Jesús ora porque era la manera de encontrarse con el Padre. Y el Padre lo llenaba de una inmensa capacidad de amar, lo inundaba con capacidad de amar, lo inundaba con el gozo del Espíritu Santo, para realizar la obra de nuestra Salvación. Lc 10, 21-24.

No puede caber la menor duda de que la oración es necesaria para amar a Dios y sentirse amado por EL.

Debemos acercarnos a Dios con SIMPLICIDAD

Ser simples como niños, al orar es el método más perfecto. Jesús dijo:

“Si no os volvieres como niños, no entraréis en el Reino de los cielos”

Ser como niño significa ser simple, limpio transparente en el pensamiento, ser confiado; decir lo que realmente quiere decir, sin doblez, estar siempre en estado positivo, no guardar rencor.

Para alcanzar la simplicidad, necesitamos sentirnos liberados totalmente, sentir la libertad interior, volar en lo infinito.

Ser simple es halagar a quien te ofendió, y, sonriendo, pedirle disculpas; (es como un niño al cual se le insulta. Luego él viene y te da un beso) ser simple es no dejar entrar en tu cabeza las maldades de los otros y dar siempre el perdón a manos abiertas (aunque nosotros seamos los ofendidos).

 Ser simple es ser simplemente simple.

Cuando uno es simple, ha alcanzado la vida, pues la simplicidad nos coloca en comunión con Dios y con todo el universo. Esta simplicidad es el propio Reino de los Cielos.

Para alcanzar la simplicidad hay que sumergirnos en nuestro ser interior.

Cualquier pensamiento o sentimiento que rompa la simplicidad interior, nos desorientará y entonces no conseguiremos el encuentro anhelado con Dios.

La oración simple no puede contener odios, pues solamente la luz del amor nos iluminara el camino hacia nuestro Dios interior.

Por eso basado en esta verdad Jesús nos enseño: Mt 5, 21-26.

Solamente los puros de corazón verán a Dios, ser simple es ser puro de corazón.

Para alcanzar a Dios en las profundidades de uno mismo hay que hallar el perdón, dar el perdón y amar. Porque donde hay amor; hay luz, y donde hay luz hay barreras, ni tinieblas, ni maldades. Ahí está Dios. Y ahí estamos nosotros.

Jesús nuestro maestro dijo:

Jn 15, 16-17.

“Y quiero que todo lo que pidan al Padre en mi nombre, él sé lo de. Yo les ordeno esto: que se amen unos a otros”

Cuando establecemos la unidad con Dios, nuestra oración mueve cielo y tierra y  tendrá poder infinito. El Señor nos pide unidad, tanto entre los dos o más que oren en su nombre; como también se refiere a la unicidad de nuestro consciente con nuestro subconsciente. Este es el camino del Milagro.

  • Con Humildad, como María. Ser humilde significa, reconocer que dependemos de Dios, que Jesucristo es el Señor y sin El nada podemos hacer. Jn 15, 5.
  • Con Amor, nuestra oración debe respirar amor, que es intimidad. Nuestros pecados no nos deben impedir decirle al Señor que lo amamos y que necesitamos de su Amor para ser mejores.
  • Con Fe, es creer fielmente en la realización de las promesas de las palabras de Dios. Mc 11, 22. Tener Fe es creer que la palabra produce la realidad de su contenido. La Fe, por lo tanto no admite miedos, ni dudas, ni desinterés, ni indecisión, ni descreimiento. El gran Maestro nos dijo: “Todo es posible para el que cree”. Mc 9, 23.
  • Con mente Positiva, debemos pensar solo positivamente, actuar positivamente. Recordemos que existe la ley del Retorno. Todo cuanto pidamos a oros, retornará en nosotros.

¿EN QUE TIEMPO DEBEMOS ACERCARNOS A DIOS?

Cuanto  más tiempo pasemos en oración mayor será nuestra dependencia de Dios, nuestros oídos y ojos espirituales serán agudizados y estaremos desarrollando una vida de poder. Es necesario disciplinar nuestra vida en la oración.

Dios es un Padre tierno y no se puede mantener al margen de nuestros problemas y necesidades cuando como sus hijos le pedimos que intervenga.

¿QUÉ HAY EN EL FONDO DE NUESTRA ORACIÓN?

¿Cuando uno ama, qué hay en el fondo de nuestro amor?

¿Qué nos hace ver el amor en la persona amada?

Apliquemos esto a la oración y descubriremos el mundo maravilloso de Dios.

Nuestra oración dependerá de la manera de amar y ser amado, de la manera de ser cristiano y de la manera de sentirse salvado.

  • Si Jesucristo es para nosotros EL AMIGO,  la oración será para nosotros, la intimidad de la amistad que siempre buscaremos.
  • Si Dios es para nosotros UN PADRE, al que vemos tierno, comprensivo, recto pero misericordioso, nuestra oración será la búsqueda de su rostro.
  • Si el Espíritu Santo es para nosotros el fuego mismo de Dios, que enciende nuestra vida, es EL AMOR, EL CONSOLADOR, EL QUE DA IMPULSO, nuestra oración estará siempre bajo su influencia.

Esto significa que en el fondo de nuestra oración hay siempre una manera de ver, hay una verdad que le da sentido a la expresión de nuestra oración.

  • Hay personas que al orar, nunca se dirigen al Padre … Significa que no se comportan como hijos y lo más probable es que conozcan al Padre.
  • Otras, nunca mencionan en su oración al Espíritu Santo …. Significa que no han tenido el avivamiento, no han sentido su efusión, no tienen la experiencia del CONSOLADOR, no lo conocen.
  • Otras, nos dirigen a Jesucristo, no piden en su nombre, es como si no se dieran cuenta del amor de Él hacia nosotros, de su entrega, de que Él es el MEDIADOR, EL INTERCESOR.
  • Otras en cambio oran con miedo, con angustia. Esto significa, en un momento dado, que esas personas se imaginan a Dios como un ser terrible, superior demasiado serio, en quien no hay ternura, no hay amor.

Cinco verdades para poder hacer nuestra oración y que tenga contenido de vida: 

  1. Al orar debemos sentirnos hijos de Dios, nuestro Padre, mi Padre.
  2. Al orar debemos hacerlo en nombre del Señor Jesucristo.
  3. Al orar debemos dejarnos llevar del amor, de la luz y del gozo del Espíritu Santo.
  4. Al orar debemos sentirnos hermanos de los hombres, solidarios con ellos, debemos sentirnos hijos de la Iglesia.
  5. Al orar debemos sentirnos muy unidos a María, Madre de Jesucristo, Madre de la Iglesia y Madre nuestra.

El alimento de nuestra oración deben ser estas verdades.

La gran motivación para la oración deber ser la Palabra de Dios y nuestra propia vida.

Veamos algunas formas:

  • Te alabo Padre, porque eres mi Padre y en Ti puedo confiar.
  • Te adoro Jesucristo, mi redentor, mi Salvador, mi Guía.
  • Espíritu Santo, lléname de amor y ora por mí.
  • Señor, enséñame a  colaborar con tu Iglesia, a unirme a Ella y a mis hermanos.

María, Madre nuestra en tus manos pongo mi oración.

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