Vida de Oración
FORMAS DE ORAR
INTRODUCCION
El mismo Señor Jesús, con sus hechos y dichos, que son normas para nosotros, nos enseño las diferentes formas de orar. Toda la vida del Señor Jesús fue una oración elevada al Padre. Y Él. Que a nadie defrauda, nos señala el camino de la oración insistente para obtener la plenitud de sus frutos. Mc 13, 33-37. Debemos estar despiertos mediante la oración.
Existen dos tipos básicos de oraciones; La oración hablada y la oración escuchada. Son dos maneras por las cuales Dios - el Poder Divino, la Sabiduría Infinita, se manifiesta en ti.
Tú puedes hablarle a Dios o simplemente escuchar la voz de Dios.
ORACIÓN HABLADA
Es aquella que dirigirnos al Poder Divino, al Padre, diciéndole aquello que queremos decir, pidiendo aquello que deseamos, manifestando a través de la palabra, del pensamiento, del pedido, del cántico, de la idea, de la imaginación, y de aquello que deseamos alcanzar.
Esta manera de orar fue muy recalcada por el Maestro Jesús.
En diversas ocasiones, Jesús se refirió a este tipo de oración.
“Pedan y se les dará..., porque el que pide, recibe...” Mt 7, 7-8.
“Y lo que pidan en mi nombre, lo haré Yo” Jn 14, 13-14.
“Hasta ahora no han pedido nada invocando mi nombre: pidan y recibirán, y su gozo será completo” Jn 16, 24.
Por lo tanto debemos decir lo que queremos que Dios escuche. Cuantas veces hemos oído en las prédicas, que Dios siempre oye nuestra oración, entonces el oír dependerá de que alguien hable.
¿Cómo Dios nos escuchará si no le hablamos.?
¿Es preciso pedir? Sí
Dios sólo puede actuar en cada uno de nosotros, por medio de nosotros mismos, en caso contrario nos estaría arrebatando el don más precioso, que es nuestra libertad.
Hay muchas personas que dicen: Dios sabe todo lo que yo necesario, por lo tanto no pida nada. Es imposible no pedir, porque aunque lo sepamos o no, deseemos pedírselo a Dios o no, basta conque este en nuestro pensamiento.
Tu pensamiento es tu oración, aunque digas que nada pides y todo dejes en manos de Dios, cada pensamiento tuyo es una oración.
El pensamiento, siempre es la legítima oración. Fue por eso que el Maestro Jesús dijo:
Mt 7, 17.
“Todo árbol bueno produce frutos y todo árbol malo produce malos frutos”
Esto quiere decir que cada vez que produzcamos pensamientos positivos, buenos, tendremos frutos y positivos, y cada vez que tengamos pensamientos negativos, tendremos frutos malos negativos.
Nuestro mundo exterior es reflejo de nuestro mundo interior. Por eso para que la oración tenga un buen resultado, tenemos que cambiar nuestro mundo interior.
ORACIÓN ESCUCHADA
Es la oración por medio de la cual escuchamos a Dios a través de nuestra vos interior Para esto necesitamos sumergirnos en las profundidades de nuestro ser. Para alcanzar esas profundidades, es necesario calmar nuestra mente, relajar nuestro cuerpo, liberar las tensiones y dejarnos llevar por un hilo Divino, hasta la Presencia Infinita.
Si estamos en estado de agitación, si estamos con la mente en estado de culpa, en tanto exista maldad en nuestro corazón, no lo conseguiremos.
Para llegar al interior de nuestro ser, el camino tiene despejado.
Si nuestra mente estuviera agitada, perturbada, nerviosa, agresiva, llena de maldad, deprimida u obsesionada, apenas podremos descender un poco.
Debemos tratar de interiorizarnos, limpiarnos y profundizarnos en nuestro ser, hasta llegar al punto de no oír los ruidos externos, porque estarás ligado a tu Divinidad interior. Allí debemos quedarnos a la escucha. Dios nos hablará. Oiremos la voz de la Sabiduría Infinita. Ya no oiremos la comunicación iniciada por nosotros, sino la propia revelación de Dios.
La comunicación saldrá pura, sin preconceptos, nada estipulado por nosotros, ni por nuestras creencias o hábitos.
Dijo Jesús:
Jn 4, 23-25; 8, 32.
“El día vendrá en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad. Y la verdad los liberará”
La voz interior, es la voz de Dios que habla a tu corazón, y no debemos ser rebeldes y acallarla, sino más bien ser dóciles al escucharla, meditar en ellas y escuchar las revelaciones que Jesús nos quiera hacer.
Este es el momento más divino el ser humano. La voz que oigamos en estos momentos de compenetración, es verdadera, porque es la voz de la Sabiduría Infinita no habrá lugar a confusión será clara. Y esta verdad producirá en nosotros un regocijo y una paz indescriptible.
No debemos confundir la voz de nuestra conciencia con la voz de Dios de la Sabiduría Infinita, nuestra conciencia está ligada a nuestros criterios, sentimientos y circunstancias de nuestra vida, a lo largo de cual vamos construyendo nuestra verdad, que desde luego no es la verdad autentica, porque esa sólo la posee Dios.
La voz de la conciencia es particular, mientras que la voz de Dios es universal. Por lo general actuamos de acuerdo a nuestra conciencia, lo cual no quiere decir que siempre hagamos bien.
Para llegar a establecer la Oración escuchada, hay que realizar una caminata del mundo exterior al mundo interior de cada uno; esta caminata puede resultar largo o corta según nuestra voluntad y disponibilidad de entrar a un mundo maravilloso y encontrar un tesoro escondido.
Cuando queremos escuchar a Dios, tenemos que dejar que Él hable, entonces tendremos silencio; en igual forma si e exponemos un problema, y le pedimos la solución, sólo nos resta quedar a la escucha.
Si quieres oír a Dios necesitas dejar de hablar “y tu Padre que ve lo que está oculto te oye y te recompensa”
CLASES DE ORACIÓN
1. ORACIÓN DE PETICIÓN:
Es pedir a Dios lo que necesitamos, pueden ser bienes espirituales o bienes materiales (alimentos, ropa, sabiduría, fuerza para vencer la tentación).
2. ORACIÓN DE INTERSECCIÓN:
Es la oración que se dedica a pedir por otros, es la oración de combate que hacemos contra Satanás para que el amor de Dios y la libertad de Cristo llegue a amigos, tíos, primos, hermanos, padres, etc.
3. ORACIÓN DE ADORACIÓN Y ALABANZA:
Es derramar nuestro corazón delante de Dios diciéndole todo lo que Él es. Es alabar y agradecer a Dios. Cuando adoramos la presencia de Dios es atraída hacia nosotros.
4. ORACIÓN DE CONTEMPLACIÓN:
Es una oración amante silenciosa, contemplar todas las cosas bellas que Dios nos ha dado. Es también contemplar todo lo que Dios ha hecho en mi vida, como me amó, como me salvó, como me rescató, como me alienta etc. en las personas que me rodean, en el mundo, en la Iglesia.
Es contemplar a Dios como protagonista en la película de mi vida.
La oración de contemplación, nos permite tener ojos limpios, para ver todo lo bello que Dios ha creado, contemplarlo todo alabándolo y bendiciéndolo.
La contemplación es una limpieza interior que nos permite ver claro, ver limpio: “Todo es limpio para los limpios” Ti 1, 15.
Ya lo dijo el Señor: “Tu ojo es tu lámpara. Si tu ojo es limpio, toda tu persona aprovecha la luz...”. Mt. 6, 22.
Los oradores contemplativos, parecen hombres con luz propia: por eso ven más que otros. Jesucristo, es el gran contemplativo del Padre. Jesucristo nos ha enseñado a orar y trabajar “Contemplando” el Ministerio de amor de Dios, nuestro Padre.
Debemos continuar la contemplación de Jesús y hacerla nuestra.
La oración de contemplación no puede ser posible si no me dejo vivificar por el Espíritu Santo. Es él quien va a sumergir en esa contemplación. Va hacer de nosotros un corazón nuevo y una mente nueva; descubriéndose un mundo interior donde solo tiene acceso Dios y uno mismo.
Estos serán los nuevos hombres y mujeres que necesita cada día la humanidad.
5. ORACIÓN COMUNITARIA:
No es un monólogo, donde un locutor habla y los demás escuchan o repiten.
La oración comunitaria es la más completa, porque en ella se da la Alabanza, la Adoración, la contemplación, la intersección, la liberación, la petición y el agradecimiento; no se trata de orar desordenadamente, donde cada cual se incline por la oración a la que él lo conduzca.
Si no de que todos oremos por todo, hasta llegar al éxtasis, de plenitud y de entrega, donde los sufrimientos, necesidades y alegrías ajenas sean compartidas.
Debe si haber un conductor que vaya conduciendo la asamblea la oración, la motivación. Aquí el Espíritu Santo se desborda en los corazones de todos los concurrentes incluso en aquellos duros, porque salen a relucir los dones y talentos que el Señor ha regalado, o que les está dando, no debe haber temor ni asombro, el Señor quiere que lo adoren en Espíritu y se manifiesta en medio de nosotros para realizar sus prodigios.
Cuando se realiza la oración Comunitaria, es preciso no regirse a un tiempo determinado, sabemos cuando empieza pero no cuando terminará, porque no estamos bajo influencia terrena sino Divina. El Espíritu de Dios se está manifestando y hay que dejarlo actuar.
Qué podría si nosotros bruscamente cortamos la oración, pues de repente impedimos la sanación de alguien, la reconciliación o la conversación etc. Quienes somos nosotros para imponerle a Dios nuestras condiciones, al contrario nosotros tenemos que someternos a su voluntad.
Cuando realizamos la oración Comunitaria, hay que pedirle a los hermanos que se manifieste en ellos el don de lenguas, de ciencia, de profecía, de interpretación, de visión. Acordémonos que Jesús dijo: “pidan y se les dará” muchas veces los tenemos pero no lo sabemos descubrir, pues la oración comunitaria es para eso, para descubrir ese mundo interior donde Dios es el centro y todo gira en torno a Él.
Antes de iniciar una Oración Comunitaria, hay que ofrecer la reunión a la Familia Celestial, a la familia a la que pertenecemos, es decir: al Padre al Hijo y al Espíritu Santo, y desde luego no puede, ni debe faltar María, ella es miembro de esa unidad.
Ustedes preguntarán: ¿Por qué, no ofrecérsela a uno de ellos?…
Simplemente, porque ellos viven en unidad, no por separado, y allí radica su fuerza y su poder, están unidos inseparablemente por los lazos del amor.
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